Como ya comenté en el post anterior, en los inicios de la revolución industrial, se comenzaron a fabricar máquinas para uso doméstico que añadía decoraciones para hacerlas más atractivas a su público potencial.
Un gran paso adelante en diseño industrial y fabricación en serie fue el producto que traigo hoy, la silla de Thonet número 14. Este tipo de silla, probablemente muy conocidas por su uso en los bares y restaurantes, traía grandes innovaciones que se debían a años de investigación y pruebas de su diseñador Michael Thonet.
Hasta el momento de presentarse esta silla, los muebles se solían ensamblar con juntas y cola, además muchos tenían piezas talladas y torneadas. En un afán por abaratar la producción y acortar el tiempo de fabricación de las sillas, Thonet experimentó con el material. Consiguió a curvar la madera sometiendo las piezas con vapor a altas presiones, dejando el material lo suficientemente dúctil como para que tomara diferentes formas mediante moldes metálicos.
Con este proceso, fabricó una silla que se componía muy pocos elementos que podían ser ensamblados de forma muy sencilla y sin conocimientos técnicos, atornillándolos entre sí. Además, simplificó enormemente los procesos de fabricación consiguiendo así fabricar más en menos tiempo y vender a un precio mucho más competitivo.