[highlight]Durante este agosto he podido asistir a un seminario muy especial “El Alma de los Objetos” impartido  por Luján Cambrieire. Estas son las conclusiones que he sacado. [/highlight]

Encuentros con alma

Reconozco que sumergirme en este seminario me pilló a contrapie: llevo algún tiempo distanciado de la producción como tal y más cerca del mundo digital-virtual que del mundo tangible-físico, lugares comunes que habitaba hace no tanto tiempo, y momento en el que cayó en mis manos el libro “El Alma de los Objetos”.

Decir que cayó en mis manos es, de hecho, un eufemismo. Me acerqué al interesantísimo y cuidadoso trabajo de Luján hace unos años en la Bienal Iberoamericana del Diseño. Desde siempre he estado interesado por la artesanía, la tradición y sus cruces con el diseño, y precisamente ella, era una de las mayores expertas en la materia. Se había recorrido toda Argentina para rastrear, localizar y catalogar toda la artesanía nacional en sus más diversas formas y expresiones, reflejo también, de cada una de sus comunidades.

Mientras nosotros no dejábamos de mirarnos el ombligo, descartando cualquier muestra de diseño que no estuviera en nuestros circuitos (incluyendo, por supuesto a la artesanía) ella había posicionado el SUR en el lugar que se merece, y llevaba haciéndolo años, más aún en un país en el que la artesanía se equiparaba a un arte menor o una manualidad.

Hablaba con pasión de los objetos, pero no como había oído hablar a otros profesores de diseño, sino desde un punto de vista más espiritual, más ritual, más mágico, más nostálgico, en definitiva, más inmaterial.

Esta visión trascendental del objeto como “artefacto” emocional me dejó una huella imborrable en mi mente y, aunque lo busqué por activa y por pasiva, no encontré el libro publicado en España. Es curioso y creo que está ligado a toda la magia de esta historia que nos une, que el libro, estaba localizable en formato digital, así que me dispuse a zambullirme entre sus páginas virtuales y, de nuevo, sus palabras calaron hondo en mí.

Hablaba con pasión de los objetos, pero no como había oído hablar a otros profesores de diseño, sino desde un punto de vista más espiritual, más ritual, más mágico, más nostálgico, en definitiva, más inmaterial.

¿Casualidad o causalidad?

Pasado algún tiempo (de hecho, años) el destino ha querido que nuestros caminos se crucen de nuevo. Fue a través de las redes invisibles de LinkedIn que comenzamos a hablar y luego a través de una llamada en la que conectamos a la primera, y fue curioso que en ese momento ella estaba preparando una nueva edición de su seminario basado en el libro.

Ni que decir tiene que me costaría describir con palabras las emociones de las personas tan especiales que formaron parte del seminario y sus reflexiones, puesto que ya me costaba a mí expresar mi opinión allí mismo en directo cuando la emoción me invadía por estar compartiendo esos momentos tan especiales, desgranando esos saberes y poderes que tienen los objetos artesanales más allá de sus acabados y sus cualidades materiales.

Y es que, como bien decía Luján al inicio: si estamos todos en este seminario es porque intuimos (porque sabemos) ver más allá del propio objeto: “vemos sus historias, nos hablan de las personas, cuando adquirimos una creación artesanal, nos están regalando lo más valioso que tienen, su tiempo”.

Y esto es algo a lo que últimamente, que estoy más cercano a iniciativas culturales en el medio rural, lejos de las urbes, estoy notando que es bien valioso: dar TIEMPO a las cosas, tener paciencia, esperar.

De nuevo inmaterialidad para hablar de lo material, porque en el ocaso de lo físico, su “alma” es quizás la parte más importante: el imaginario prevalece en el recuerdo, aunque lo tangible haya desaparecido.

¿Mirarás y valorarás ahora la creación artesanal con otros ojos?

+ Puedes conseguir la edición digital del libro “El Alma de los objetos” en Planeta de Libros

+ Puedes saber más sobre Luján Cambariere en su web

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