Hoy me encuentro frente a una pila de blocs, cuadernos, archivadores, cientos de hojas sueltas de los más variados formatos y colores, recortes… de las cosas que he hecho (y he conservado) durante los últimos 10 años.
Aunque la pila no es muy grande (mide unos 40 cms) hay muchos recuerdos ahí dentro. El fin, a parte de organizarme un poco, la función de recopilar todo esto es intentar localizar el patrón que se repite en mi trabajo para saber si tengo un «estilo» claramente definido.
Alguien me dijo una vez que el estilo es una pesada carga que nos acompaña, también hay quién dice que no tener estilo hace que puedas hacer frente a más encargos. Sin embargo, pienso que hasta quién hace trabajos totalmente dispares, también tiene su propia manera de hacer las cosas que se destila al ver varias cosas suyas.
Un estilo marcado no es dibujar muy bien o dibujar muy mal, ni si quiera que caigas en gracia al mercado; el estilo habla de la persona: de sus gustos, de sus influencias, de sus aspiraciones… y por eso me pongo a bucear entre mis cosas, para saber qué dicen de mí mis dibujos o si, realmente, dicen algo.
Seguiré informando.