
La tecnología, en su complejidad, se ve rodeada de ficciones y percepciones que escapan del pensamiento racional, muchas de ellas inspiradas por mitos, miedos, supersticiones, espejismos, perplejidades, fantasmas… Estas narrativas chocan una y otra vez con la realidad y, a menudo, tienden hacia lugares comunes dentro del marco sociocultural y epistemológico que las piensa. En las cartas de navegación pretéritas, allí donde acababan los límites del conocimiento el horizonte se poblaba de monstruos, criaturas y bestias informes; la imaginación es el mecanismo del que disponemos los humanos para lidiar con lo desconocido. La imaginación, por tanto, juega un papel fundamental en la forma en que nos relacionamos con la tecnología y el conocimiento científico.



Necesitamos imágenes para visualizar las herramientas que empleamos en nuestro día a día cuya percepción se ha visto restringida a las pantallas. Llenamos, así, nuestra vida diaria con símbolos y metáforas que reemplazan a los antiguos engranajes, botones y palancas. Cuando hablamos de inteligencia artifcial (AI) este fenómeno se hace aún más palpable. Es precisamente por esta razón que la conquista del imaginario colectivo se ha convertido en el reto último de los gigantes tecnológicos que, perpetuando sus imágenes, se asegura el poder de explotación de los imaginarios y paisajes del presente y del futuro.
Es así como se inicia este viaje, un proceso a la dérive (Guy Debord. «Theory of the Dérive») en el que nos embarcamos con el fn de reconocer y cartografar a través de este relato las sensaciones latentes en el imaginario colectivo acerca de las inteligencias artifciales, y de representar las difusas “cr(IA)turas” imaginarias que la rodean, testigos de nuestros miedos y recelos más íntimos. Nuestro rumbo pasa por explorar los espacios liminales donde las fcciones pueden llegar a hacerse realidad. En estos estados intermedios, donde los límites son borrosos y todo está contaminado por pensamientos que trascienden lo tecnológico y funcional, las IA adquieren atribuciones de todo tipo, convirtiéndose en algo ambivalente con intenciones indefnidas; a veces muysimilares al modelo antropomórfco; a veces, todo lo contrario.similares al modelo antropomórfco; a veces, todo lo contrario.
La encuesta: ¿Te imaginas que fueras una inteligencia artifcial?
A través de un formulario de carácter anónimo y que ve en lo creativo y lo subjetivo un valor que se suele obviar en los modelos científco-analíticos, cualquier persona es invitada a imaginarse como una inteligencia artifcial. Pregunta a pregunta, los participantes dibujan el contexto ontológico de su ser, la morfología de su cuerpo, sus habilidades comunicativas, sus valores vitales, su termómetro emocional y sus necesidades más anheladas.
La idea de emplear un formulario digital, más cercano a un test fácilmente viralizable que a un cuestionario estadístico, viene a abrir este espacio de lo desconocido en lo cotidiano, desde lo lúdico, desde lo cercano. A través de preguntas como ¿Cuál es tu propósito en la vida?, ¿Qué te hace reír? o ¿Qué te llevarías a una isla desierta?, el test se convierte en una excusa más para alimentar la imaginación sociológica (C. Wright Mills. «The Sociological Imagination». 1959) de los participantes, buscando sembrar en ellos el germen de la duda sobre las ideas incuestionables que cimientan las inteligencias artifciales y las tecnologías que las hacen posible.

Ejes cardinales
Las noventa respuestas que se han recogido hasta la fecha se despliegan ante nosotras en una miríada de posibilidades. El análisis y la clasifcación de las respuestas abiertas de sujetos creativos es una tarea que, a día de hoy, ninguna inteligencia artifcial es capaz de acometer exitosamente: el tamaño de la muestra y la variabilidad de las respuestas difculta cualquier intento de estandarización. Por ello, el tratamiento de las mismas ha de hacerse de forma manual, haciendo uso de nuestras inteligencias humanas. Valiéndonos de una de las fórmulas de clasifcación más extendidas de nuestro marco de conocimiento, empleamos el sistema de ejes cartesianos con la esperanza de descubrir en torno a qué regiones se concentran las
respuestas.
Llegados a este punto, es inevitable hacer una crítica sobre los límites invisibles de nuestro pensamiento mismo, que tiende a reducir a lo conocido las posibilidades de lo pensable desde una perspectiva particular. Así, con el objetivo de obtener una lectura más integradora y abierta a nuevas posibilidades, acometemos un segundo análisis partiendo de las categorías cartesianas anteriormente defnidas, intentando encontrar las relaciones entre ellas y lo que se oculta tras las mismas. La idea es dibujar un mapa con lo obtenido, un territorio poblado de cr(IA)turas que, sin embargo, una vez planteado resulta demasiado estático y determinante. Y es que trazar una línea es, en sí mismo, un acto inexacto y violento (Barbara Johnson. «Melville’s First: The Execution of Billy Budd» 1979).

Ríos de tinta
El carácter crítico del proyecto nos obliga a cuestionar una y otra vez la narrativa visual que estamos componiendo. El carácter único de cada cr(IA)tura concebida quedaba diluido por la naturaleza taxonómica y determinista del mapa. Por ello buscamos una representación que nos permitiera ver los senderos individuales de cada cr(IA)tura junto a su lugar dentro del gran cauce de la imaginación colectiva, que empezamos a intuir a partir de las categorías obtenidas durante el primer análisis. Optamos por un diagrama de fujos o diagrama de Sankey. Así, de la intersección de los fuir individuales surgen meandros y deltas, insinuaciones de las diferentes naturalezas que atribuímos a las inteligencias artifciales; estuarios y grandes llanuras, donde confuyen los grandes relatos de la imaginación colectiva; simas abisales, en cuyas sombras se esconden los espectros más temidos y arrecifes poblados de combinaciones imposibles y las utopías más deseadas.
Imaginamos inteligencias artifciales como seres inmateriales, inorgánicos, cyborgs o con alma. Les ponemos voz, los oímos comunicarse con nosotras, los sentimos adaptar su lenguaje al interlocutor; visualizamos seres sin lenguaje, seres que no lo necesitan. En las profundidades de nuestra imaginación caben cr(IA)turas sintéticas y naturales, fuidas y sólidas, algunas siniestras y otras más familiares. Descubrimos
seres de naturaleza diligente, conformista o ambiciosa, destructivos y generativos, y aún queda espacio para aquellos que programan su vida, los que la afrontan como un proceso en marcha, o los que dejan sus propósitos por descubrir. Vemos inteligencias que sueñan, que sienten y se emocionan, otras que no comprenden a las personas, otras que las critican, otras que las compadecen; inteligencias que se reconocen y se piensan, que cuestionan a sus creadores y sus capacidades, que cuestionan el propio acto de preguntar, otras que preguntan a la cuestión. Algunas
podrían ocupar un hueco entre los panteones más extendidos, otras son tan humanas como una carcajada.
Podríamos decir que en nuestra composición se plantean utopías y se dibujan distopías. Lo que sí se puede intuir con cierta fabilidad es que, al fnal, todas y cada una de las respuestas entrañan pequeñas claves que solo el tiempo, nuevos desarrollos y nuevas interpretaciones lograrán revelar.
Por el momento, nos quedaremos con el refejo de la naturaleza humana que queda tras sondear los entresijos de la inteligencia artifcial: ¿Qué monstruos están acechando dentro de las cajas negras de las IA? ¿Qué mitos dan y darán forma a los desarrollos tecnológicos? ¿En qué momentos lo imaginado se convierte en realidad?
Agradecimientos especiales a todas las inteligencias que han participado hasta la fecha en esta investigación:
gg, Bob, Donker Dirt, Justin Bieber, Multiple, Sincere, Holly Short, M, Giorgia, Manju, HAL, Universal classifier, Leo, Trab, Nexus serie 9, ABBA, sergio, Profeta, Troyano, 308381, Amigo listo, Rocky, XAE – A12, Orlando, Aplysia, Juan, H8, Aiss, Mai, Gjo, Tronkobot, Pipo, azulcobalto, marta, Dionisia, D, Aura, Hal, Mami5pneja20, Smart GPS, Simons, Anna, spoilbot, IA, Andrómeda, Zemrude, FifJa, RitsMoray, Serg.i-os, Antón, Miguel Ángel, Mardos, LO-3614, Yusi, iChiski, C3RE-LOS, Alfted, Afel, Anacardo, Light speed, arkilon746, Neurona, Ia, Armensis, Siri, F15, Lucas, lorena, atax, Manolo, Tony, NIKITA, Robota, Elena, Bruna, Rafa, Luis, PENELOPE GLAMOUR, Cris, Leonor, Juantron, Maya, L01, Jesús, Egómata, Susana, José Luis, Osobot, Algoqueacabaenfy, Siri, Alexa
EQUIPO:
David Mingorance
Elisa Cuesta
Stef Silva
Victoria de la Torre
Emilio Cuesta · Dataviz
F. David Charte · Soporte técnico
Esta residencia-investigación fue realizada durante el Laboratorio Freeport – Anatomías de una Caja Negra en Matadero Estudios Críticos entre noviembre y Diciembre de 2020.