Abstract:
La definición semántica del cuerpo humano se ve limitada por normativas y categorizaciones que intentan encajarlo en un molde preestablecido, generando tensiones entre la individualidad y las expectativas sociales. En el ámbito digital, se esperaba que la accesibilidad democrática generara un espacio verdaderamente distinto, pero terminó reproduciendo la realidad convencional. El término embodiment describe cómo la identidad se extiende al mundo digital, permitiendo habitar otras identidades, incluso no humanas, de manera creativa o realista.
La reproducción e imitación en el mundo digital es fácil, pero la otredad es perturbadora, al deconstruir las normativas y abrir una brecha de realidad inconcebible. Este proyecto busca desconfigurar la cognición del cuerpo, explorando un renacer en un entorno digital desde una construcción corpórea completamente distinta e irreconocible, haciendo una metáfora al estado embrionario. A través de una instalación interactiva, se cuestiona y reconfigura la condición humana, abriendo puertas a potenciales extrapolados de cualquier restricción social.
¿Puede la abstracción permitir la exploración de uno mismo más allá de los convencionalismos corpóreos? Este es el interrogante central que guía esta exploración multidimensional.
Coroporea non euclidean: corpus.
La definición semántica del cuerpo humano está constreñida por categorizaciones y normativas que buscan encajarlo en un molde preestablecido. Las normas sobre la apariencia corporal buscan establecer un orden social normativo, proporcionando pautas compartidas para promover la cohesión y la identificación colectiva. Sin embargo, este proceso puede excluir la diversidad corporal, generando tensiones entre la individualidad, las expectativas sociales, así como la inclusividad de dicotomías del mismo. Por ende la construcción del mismo desde una oposición, es decir desde una perspectiva más foránea, diferente o extraña termina por establecer una distancia deshumanizadora con este cuerpo diferente.
En el ámbito digital, caracterizado por su designación de accesibilidad democrática, nuevo, vacío e intangible, se esperaba que quedara excluido de las normativas convencionales. Sin embargo, en lugar de generar una disforia y operar de manera ajena a lo normativo, este entorno digital terminó siendo más una reproducción de la realidad que un espacio verdaderamente distinto.
De hecho, hay un término en el mundo virtual para definir esa relación que existe entre lo físico y lo digital: el embodiment. Este concepto engloba como nuestra propia identidad se extiende por la vasta frontera de lo digital, permitiendo a las personas habitar otras identidades, incluso a través de entidades no humanas. Sin embargo, hay dos modos enfrentados de habitar el mundo virtual social: la manera liminal, creativa, exploradora y diferente, que nos permite habitar en otros cuerpos y ser otras entidades vivas y la manera realista, que se se empeña en generar gemelos digitales de los mundos conocidos y las entidades que los habitan.
Reproducir e imitar era lo fácil, la otredad siempre es traumática dado que termina por disolver la consistencia de nuestra idea del mundo y abre una brecha de realidad inconcebible y pocas veces tangible. Esta experiencia es perturbadora (xenoexperiencia), pues deconstruye la mente y la normatividad, pero a la vez es una liberación de la tiranía que se nos ha impuesto en convencionalismos de modos de ser, de comportarse y de pensar.
Así como se aborda con éxito los espacios no euclídeos en realidad extendida, y nos acostumbramos a esos juegos de deconstrucción de los espacios en favor de exploraciones imposibles en el mundo físico, podemos explorar una vía no euclídea de nuestros propios cuerpos, desbordando las fronteras de lo establecido.
Este proyecto trata de desconfigurar la cognición cuerpo, con la intencionalidad de crear un acto que nos permita ver este otrx cuerpx que también forma parte de nosotrxs y se centra en el renacer en este entorno digital desde una construcción corpórea completamente distinta, abstracta e irreconocible como tal. Pues nuestro cuerpo no solo se compone de materia orgánica, sino también intangible (también somos datos, somos perfiles en redes, nuestra identidad se diferencia de otra a través de contraseñas dispares, somos sensaciones, somos recuerdos…).
Haciendo una metáfora al estado embrionario, donde dentro de esta placenta metafísica y conceptual se hace el ejercicio de deconstrucción del convencionalismo para renacer nuevamente en un espacio digital de un modo extraño (xeno). No es lx humanx (cognitivx) quien decide esta formalidad corpórea, pues es la misma IA (como una tecnología incognitiva) quién nos interpreta (biométricamente + sus variables) y proyecta ( a través de pantalla / realidad extendida) otro xenocuerpo que habita en nosotrxs y no conocemos.
Este ejercicio metafórico se traduce a través de una instalación site-specific interactiva, que trata de explorar y cuestionar nuestra condición así como las normativas impuestas, para reconfigurar y abrirla a la infinidad de potenciales extrapolados de cualquier restricción mundanal-social.
¿Puede la abstracción (cognitiva y matérica), permitir la exploración de unx mismx más allá de convencionalismos corpóreos?
El colectivo XenoVisual Studies (XVS) invita a artistas, tecnólogos y activistas a colaborar en un entorno interdisciplinario para explorar y expandir los conceptos de xenovisualidad.
EQUIPO:
David Mingorance + Anna Gayete
Esta residencia-investigación artística fue realizada en Centro de Estudios Xenovisuales en Medialab Matadero-Madrid desde 16 de enero hasta el 28 de febrero de 2024.